Esta semana en el sitio web del Olive Health Information Service
La newsletter de la Universidad de Navarra y el COI dedicada a la salud
La investigación que explora la conexión entre la dieta y la salud mental sigue creciendo. Dos estudios recientes de alta calidad arrojan luz sobre cómo los patrones dietéticos específicos, en particular la dieta mediterránea, pueden influir en el riesgo de depresión y la mortalidad en poblaciones vulnerables, incluidos los supervivientes de cáncer.
El primer estudio, una revisión sistemática y un meta-análisis que incluyó a más de 700.000 participantes, examinó el vínculo entre la calidad general de la dieta y el riesgo de depresión. Los resultados sugieren que las personas que siguen dietas más saludables, en particular la dieta mediterránea, tienden a presentar menos síntomas depresivos. Aunque la solidez general de las pruebas sigue siendo modesta, debido principalmente a las limitaciones en el diseño de los ensayos clínicos, estos hallazgos ponen de relieve el posible papel protector de este patrón de alimentación. Los componentes clave de la dieta mediterránea, como el aceite de oliva virgen extra y los ácidos grasos omega-3, pueden contribuir a estos beneficios a través de sus efectos antiinflamatorios y neuroprotectores bien establecidos.
El segundo estudio se centró en supervivientes de cáncer de EE. UU. y analizó cómo los síntomas depresivos y la calidad de la dieta se relacionan con el riesgo de mortalidad. Los participantes que siguieron un patrón dietético saludable, medido mediante herramientas como el Índice de Dieta Mediterránea Alternativa (aMED) y el Índice MED basado en PREDIMED, y que reportaron síntomas depresivos mínimos mostraron tasas significativamente más bajas de mortalidad por todas las causas y no por cáncer. En particular, la alta adherencia a la Dieta Mediterránea surgió como uno de los factores más protectores.
Estos hallazgos refuerzan la idea de que la dieta mediterránea, con el aceite de oliva como elemento central, puede favorecer no solo la salud física, sino también el bienestar emocional y la longevidad. Promover este patrón dietético podría ser una estrategia valiosa para mejorar la calidad de vida, especialmente en personas que padecen enfermedades crónicas.
Otros artículos mencionados esta semana en la newsletter de OHIS (en inglés):
Enfermedades cardiovasculares
The Role of Olive Oil in Cardiometabolic Risk.
Enfermedades hepáticas
Enfermedades neurodegnerativas y salud mental
Diet quality and depression risk: A systematic review and meta-analysis of prospective studies.Directions.
Mortalidad
Aceite de oliva
Unraveling the Extra Virgin Olive Oil Effect on Inflammation and on Gut and Saliva Microbiota.
Otras enfermedades
Contributions of Dietary Patterns and Factors to Regulation of Rheumatoid Disease.
Sostenibilidad